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miércoles, 14 de noviembre de 2018

Biografía de Ramon Amaya Amador



Narrador y periodista, es uno de los más prolíficos escritores de Honduras

Ramón Amaya Amador nació en el municipio de Olanchito, Yoro, el 29 de abril de 1916, siendo sus padres Isabel Amaya y Guillermo R. Amador. Falleciendo trágicamente en Checoslovaquia en 1966, dejando a su paso una estela de obras publicadas e inéditas.

Después de trabajar como peón en los campos bananeros de la costa norte inició su carrera de cuentista y su narración “La nochebuena del campeño Juan Blas” salió a luz pública en el número 15 de la revista ANC, órgano de la Asociación Nacional de Cronistas, editada en Tegucigalpa y correspondiente al 31 de diciembre de 1939.

Ramón Amaya Amador, narrador y periodista, es uno de los más prolíficos escritores del país y quien tiene más obras publicadas: Prisión Verde, Amanecer, El Señor de la Sierra, Los Brujos de Ilamatepeque, Constructores, Destacamento Rojo, Operación Gorila, Cipotes, Con la misma herradura, Bajo el signo de la paz, El camino de mayo, Jacinta Peralta, Cuentos Completos y Biografía de un machete permaneciendo inéditos casi veinte libros más.
Ramón Amaya Amador inició su vida periodística en 1941 como redactor, primero, y como jefe de redacción, después, del periódico El Atlántico, de La Ceiba, fundado y dirigido por Ángel Moya Posas. Posteriormente, el 8 de octubre de 1943, Ramón Amaya Amador fundó en Olanchito, con Dionisio Romero Narváez, el semanario Alerta, contando con la valiosa colaboración de su compañero Pablo Magín Romero.

Exilio

El escritor abandonó su patria en 1944 debido a la persecusión del cariato, radicándose en Guatemala, en donde trabajó como editorialista de Nuestro Diario, durante el régimen democrático del doctor Juan José Arévalo, entregando también sus colaboraciones al Diario de Centro América, El Popular Progresista y Mediodía. A la caída del gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán, nuestro compatriota se asiló en la sede de la Embajada Argentina, viajando a aquella nación del sur. En Buenos Aires laboró en la editorial “Ariel” y en Sarmiento, un periódico de educación popular, editado en la ciudad de Córdoba.

El 19 de mayo de 1957, Ramón Amaya Amador retornó a Honduras, acompañado de su esposa Regina Arminda Funes, originaria de Córdoba, Argentina; en ese año ingresó a la redacción del diario El Cronista, de Alejandro Valladares, y fundó en Tegucigalpa, con Luis Manuel Zúniga, la revista Vistazo.

El Círculo Literario Hondureño le rindió un homenaje en el Paraninfo de la Universidad Nacional Autónoma en Tegucigalpa el 11 de noviembre de 1958, interviniendo en el acto el rector Lisandro Gálvez y los estudiantes universitarios Rafael Leiva Vivas, J. Delmer Urbizo y Oscar Acosta.
En esa oportunidad, Ramón Amaya Amador leyó un extenso discurso de agradecimiento en el que afirmaba que era la primera vez que en su patria recibía una honrosa distinción por sus trabajos en las letras y en la cultura. Este documento puede considerarse como su testamento literario.

 El 19 de abril de 1959 abandonó Tegucigalpa junto a su esposa Arminda y sus pequeños hijos: Aixa Ixchel y Carlos Raúl, para radicarse en Praga, Checoslovaquia, integrando la plana de redacción de la revista Problemas de la Paz y el Socialismo.

Muerte

El 24 de noviembre de 1966, en las cercanías de Bratislava, se accidentó el avión soviético Ilushyn-18, de la línea aérea búlgara Tabso, pereciendo todos sus ocupantes, entre ellos Ramón Amaya Amador y tres compañeros de trabajo en la revista que hemos mencionado: el brasileño Pedro Motta Lima, el argentino Alberto Ferrari y el japonés Sigho Kadzito.

Once años después y tras arduas gestiones iniciadas por el poeta hondureño Oscar Acosta (en ese entonces Embajador de Honduras en España) y que duraron cuatro años, se logró la repatriación de los restos mortales de Ramón Amaya Amador los que fueron enviados de Checoslovaquia a Madrid y luego trasladados a Tegucigalpa en septiembre de 1977, permaneciendo la urna con las cenizas de Amaya Amador en la Sección Colección Hondureña de la Biblioteca de la UNAH.

La comisión encargada del traslado estaba integrada por Oscar Acosta; Rigoberto Paredes, Jefe del Departamento de Letras y Lenguas de la Universidad Nacional de Autónoma de Honduras; Héctor Hernández, Presidente del Sindicato de Trabajadores de la UNAH; Alejandro Gutiérrez, Secretario General de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras, y Livio Ramírez Lozano, Agregado Cultural de la Embajada de Honduras en Madrid.

Sin embargo, la repatriación de los restos no impidió que durante casi una década más, sus obras fueran perseguidas. Debieron transcurrir otros catorce años para que el archivo principal con las obras inéditas de Ramón Amaya Amador escritas en su largo exilio pudiera regresar a Honduras.
En abril de 1991, en un acto solemne en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el Presidente de la República, Lic. Rafaél Leonardo Callejas, recibió a nombre del pueblo de Honduras, más de veinte títulos inéditos que fueron repatriados desde la Casa de las Américas, La Habana, Cuba a donde fueron llevados desde Praga, Checoslovaquia.

Esta vez las gestiones iniciadas por Carlos Amaya Fúnez, hijo del escritor, fueron respaldadas por una comisión integrada por Oswaldo Martínez y Neptalí Orellana de Radio Progreso, Juan Ramón Durán, Director de la Escuela de Periodismo de la UNAH, David Romero de Diario Tiempo, Adelma Argueta, Diario La Prensa y el Dr. Víctor Ramos; quienes lograron el apoyo del gobierno de la República para agilizar y facilitar el traslado de las obras.

Ocho años después, y treinta y dos después de muerto, su pueblo y su gente se movilizaron para llevar a su definitiva morada las cenizas del notable escritor de Olanchito.

Una comisión de olanchitos presidida por el Prof. Esaú Juárez González e integrada por el Prof. Fabio Bernardino Cárcamo, Director de la Casa de la Cultura de Olanchito, Juan Carlos Medina, Vicepresidente del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Standard Fruit Company; José Luis Bardales Cano; Rony Javier Cruz; Gustavo Sosa Martínez; Fernando Mac Lean; Geovana Spears; Santiago Manzanares; Raúl Cortes y Eduardo Manuel Cruz Martínez; organizó el retorno que tuvo lugar el 19 de mayo de 1999.

Desde 1966 se ha escrito mucho sobre la vida y obra de Ramón Amaya Amador, entre los que podemos mencionar a Dionisio Romero Narváez, el Prólogo de Longino Becerra aparecido en la 2ª edición de Prisión Verde, el ensayo biográfico de Max Sorto Batres, publicado por el Ministerio de Cultura y Turismo en 1990, y la extensa y documentada biografía realizada por su paisano Juan Ramón Martínez, que apareció bajo el sello de la Editorial Universitaria de la UNAH en 1995.

martes, 13 de noviembre de 2018

Marco Histórico




Los Brujos de Ilamatepeque (1958), narra el trágico sino de los dos ex soldados de Morazán que sucumben ante la ignorancia y la reacción oligárquica del pueblo en que viven; el sometimiento forzado, la inutilidad en definitiva del gesto liberador (intento de alfabetización popular emprendido por los Cano), el planteamiento y el mensaje político- social, están plasmados rotundamente en la obra del malogrado autor de Prisión Verde. Como es lógico, el contexto de Amaya Amador, por pertenecer a ella, no supera el habitual maniqueísmo de la Novela latinoamericana tradicional; aquí no hay alternativas; el lector sabe, a través de la narración pasiva y lineal, que los hermanos Cano no poseen otra sobrenaturalidad que la imaginada por las mentes calenturientas de sus verdugos; que la verdadera causa de su muerte la constituyen sus afanes por destruir la opresión y, en gran parte, su afortunada capacidad para el amor, que la envidia e intransigencia circundantes ven como producto de aquelarres y pactos demoniacos; relatos de buenos y malos, valido sobre todo por su contenido denunciante que, en el caso de Amaya Amador es, según Longino Becerra, no una forma cualquiera de militancia revolucionaria, “sino la más apasionada e importante”.


Idea principal del libro:



Amaya Amador ensaya por primera vez la modalidad histórica de la novela. Su lectura tiene la virtud de trasladarnos a un hecho trágico de la historia Centroamericana: la caída de la revolución Morazanista y el retorno de la reacción inquisitorial a nuestros países, cuyas sombras espesas aun hacen sentir sus efectos paralizantes.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Temas y problemática


Ramón Amaya Amador recoge en su novela "Los Brujos de Ilamatepeque" uno de los tantos hechos brutales que se cometieron contra los morazanistas después de la caída de su jefe en San José de Costa Rica. Cuando ese acaecimiento tuvo lugar, desempeñaba la Presidencia de la República de Honduras el ex sacristán Francisco Ferrera, quien en las primeras etapas de su vida política fue un excelente soldado de la Revolución morazanista, pero que, posteriormente, a partir de 1833, se vinculó a la más cruda reacción centroamericana para terminar convirtiéndose en un acérrimo enemigo de las transformaciones impulsadas por Morazán. Al describir la conducta de Ferrera como gobernante de Honduras, Ramón Rosa se expresa en la siguiente forma: "obró como militar y político, pero también como tirano despiadado; sembró el terror; una sola sospecha bastaba para producir la persecución o la muerte; el patíbulo estaba a la orden del día; allí fueron inmolados patriotas generosos, acreedores al perdón; corrían por doquier arroyos de sangre y raudales de lágrimas". Dos de esos "patriotas generosos" fueron los Cano, quienes tuvieron la desgracia de retornar a Honduras cuando el sacristán de Cantarranas había creado tales condiciones en el país que el alcalde de Ilamatepeque se consideró con suficiente autoridad para fusilar a estos dos morazanistas leales e inofensivos.

Personajes


  1. Cipriano Cano
  2. Doroteo Cano
  3. Eulalia Duran
  4. Gervasio Lazaro
  5. Antonio Trochez
  6. Pedro Cano
  7. Chilo
  8. Lupa
  9. Eusebio Berdugo
  10. Marcos  Lopez
  11. Maria




Argumento


El cuento de los brujos de ilamatepeque , habla sobre la llegada de los hermanos cano a ilamatepeque , este lugar se encuentra ubicado a la par del rio Ulúa en el departamento de santa bárbara , trata de dos hermanos que regresaron a su pueblo natal después de varios años de ausencia , pues estaban sirviendo como soldados de guerra que le ayudaban al general Francisco Morazán , este es un pueblo que no ha cambiado en 10 años.- A pesar de la orden que habían dado de matar a los morazanistas s ellos regresaron a su pueblo natal , estos personas eran Cipriano y Doroteo Cano a su regreso nadie los reconocía , mas pensaban que eran forasteros .- Cuando fueron a casa de sus padres se dieron cuenta que ellos ya no estaban ,la casa se encontraba en muy mal estado y no había nadie viviendo en ella , ellos habían muerto .-cuando los hermanos cano fueron a donde su primo pedro ; él les dijo que sus padres habían muerto hace unos años atrás , en el pueblo todos se sentían curiosos , y extrañados por el regreso de los hermanos Cano .

Desde que llegaron se asombraron al ver el cambio en su pueblo , que en ese momento estaba siendo gobernado por Gervasio Lázaro ( Alcalde ) ; Estaban sumamente sorprendidos al darse cuenta de que su pueblo estaba sumergido en la más grande ignorancia ( Retraso cultural y analfabetismo ) En el transcurso de los días los hermanos tuvieron notoriedad , los habitantes del pueblo , hablaban con mucho respecto cuando se referían a ellos , ya que también ayudaban a las personas recetando remedios caseros para curar sus enfermedades , los hermanos cano también visitaban a las autoridades del pueblos para plantear algunas propuestas que mejoraría de los habitantes, pero este hecho no fue de agrado por las autoridades del pueblo quienes se expresaron con inquietud ante tal proposición ya que ellos sabían los ideales de los cano .-Los Hermanos fueron acusados de alterar el orden conservador así como también relacionarlos con brujería , al ejercer trucos que hacían con la ligereza de sus manos que antes los ojos de los demás era magia .

Todas estas acusaciones Terminaron en un Juicio en el que la forma de pagar era únicamente el fusilamiento. –La ignorancia y la superficion de algunos habitantes del pueblo y de las autoridades origino que los hermanos cano fueran condenados a morir por el simple hecho de haber seguido los ideales morazanistas. En su intento de sacar de la ignorancia a su pueblo les dieron muerte, por la misma causa del General Morazán  ¡La ignorancia de este pueblo repercutió en los hermanos cano ¡



Sinopsis

El relato se centra en el municipio de Ilamatepeque, Santa Bárbara una comunidad inmersa en el retrato cultural y el analfabetismo de la mayor parte de sus pobladores.


En la obra se narra la trágica historia de los hermanos Doroteo y Cipriano Cano, ambos oriundos de esa comunidad y ex soldados del gobierno federal de General Francisco Morazán Quezada.

Luego de un largo periodo, los Cano decidieron regresar a Ilamatepeque, donde se llevaron una gran sorpresa al ver el fatal cambio del puedo dominado en ese tiempo por Gervasio Lázaro.

En poco tiempo, los Canos se hicieron de renombre en poblado, se hablaba de ellos con mucho respeto, de igual manera, recetaban a sus vecinos, tradicionales remedios caseros, enriquecidos con la experiencias de sus agitadas vidas.

Plantearon posibles reformas, y sugirieron la fundación de una escuela, acto que no fue bien visto por los jefes del pueblo, quienes respondieron con disgusto a la sugerencia, ya que conocían sus ideas revolucionarias.

La superstición y la ignorancia de las autoridades, origino que los Canos fueran condenados a morir por el simple hecho de haber seguido los ideales de Morazán en el intento de trasformar las instituciones sostenidas por la aristocracia y los sectores más testarudos de la iglesia.

Desde ese momento, los entrañables hermanos Cano, fueron catalogados como brujos y fueron acusados de perturbar el orden conservador, al ejercer la magia entre el pueblo y hacer pacto con el demonio, injuriando que tenían la capacidad de convertirse en animales para abusar de los pobladores, así como de introducirles tortugas a su enemigos para matarlos.

Como era de esperarse, la acusación termino en un juicio en el que la única manera de pagar el presupuesto acto ilícito era en el salón de fusilamiento, adonde murieron con la frente en alto por la misma causa que asesinaron al gran paladín centroamericano.

Cronología



En 1958, el escritor Ramón Amaya Amador publico el libro Los Brujos de Ilamatepeque, esta es la cronología de la triste historia que está plasmada en el libro, donde los hermanos cano ex soldados del general Francisco Morazán, mueren a causa de la ignorancia y superstición de un pueblo.

Se observa a dos hombres que se detuvieron a descansar, visten unas camisas de manta, lleva una maleta cada uno de ellos, están a la orilla del rio Ulúa, aquellos hombres contemplan con tanto amor en sus ojos aquel pueblito llamado Ilamatepeque en el departamento de Santa Bárbara. Pasan por el rio donde hay muchas mujeres, que van hasta el rio para hacer quehaceres. Al regresar a la casa el primo Pedro que es el vecino de sus padres les comenta que ya fallecieron ambos. Este también les cometa que o digan nada acerca de su trabajo al lado de Francisco Morazán. Recién llegaos y todo el pueblo ya sabía, que habían regresado. En aquel pueblo hay hombres llenos de avaricia un pueblo cegado por la fe ¨iglesia católica¨. A los días Cipriano el más joven de los hermanos se enamora de una joven llamada Eulalia Duran, de ella está enamorado también el hijo del alcalde Cipriano y Rogelio tuvieron sus enfrentamientos, pero Eulalia prefería siempre a Ciprino, de ahí nació el odio del hijo del alcalde a Cipriano. Los dos hermanos como habían viajado mucho sabían bastantes cosas de cultivos, medicinas hasta de trucos una de las razones para que quedaran fichados como brujos por aquel pueblo ignorante.

Los Cano ayudaron en muchas ocasiones a sus amigos del pueblo, curándolos de enfermedades cosas que ellos habían aprendido fuera, y que en un pueblo con tanta ignorancia eso era como hacer magia. Crean una escuela en casa donde cada noche después de salir de trabajar todos van a la casa de los Cano a aprender, los Cano le propusieron a las autoridades del pueblo construir una escuela como esta idea fue denegada por parte de las autoridades, los dos hermanos  tomaron la decisión de enseñar en su casa, ahí les contaban a sus amigos de todos sus viajes, lugares que visitaron cosas que vieron y de las luchas con Morazán, a Doroteo se le ocurre formar un grupo de guerrilleros llamado ¨Los Hijos de Morazán¨ para hacer una revolución que exigía la igualdad, ya que ellos había sido instruidos por el gran Morazán. Deciden hacer una milpa lejos de Ilamatepeque, milpa en verano que en ese tiempo no se cultivaba, por el poco conocimiento de riegos, muchos de los amigos de los Cano ayudaron con la milpa, los Cano tenían habilidades con las siembras, habían aprendido mucho en su viaje por Centro América.

En semana santa no caía ni una gota de lluvia los campesinos estaban preocupados por sus cultivos, en cambio los hermanos Cano estaban cultivando de maravilla su maíz ellos buscaron la forma de llevar agua a su milpa a través de riegos, en la iglesia se empieza a pedir ofrenda, para que llueva pronto, los Cano se oponen a dar tal cosa, y desde ahí empiezan a ser acusados, el padre y los políticos del pueblo empiezan a decir,  que los hermanos canos hicieron un tipo de brujería para que no llueva, aquella gente que se creía todo lo que dice el padre, empiezan a juzgar y señalar las acciones de aquellos dos hermanos que solo querían ayudar a aquel pueblo.

Un hecho que los hizo quedar como culpables fue la muerte de Narcisa Rodríguez, Martha Sánchez y Juan Gonzales. El pueblo culpo a los hermanos, de las muertes de aquellas personas, que los habían hechizado y a causa de algún embrujo habían muerto. Las máximas autoridades del pueblo (el alcalde y su gente), empiezan a comentar que los hermanos Cano son una amenaza para el pueblo, y que deben deshacerse de ellos lo más pronto posible, notan que no son ignorantes y que no se pueden manejar como a los demás del pueblo.
El día 4 de abril de 1843, a las cuadro de la tarde fueron fusilados en la plaza. Culpados de practicar hechicería contra la gente del pueblo y decían que podían convertirse en cualquier animal. Cuando llego un representante a pedir a pedir a los hermanos ya era demasiado tarde, los dos hermanos ya estaban sepultados.

 Así sucedió la muerte trágica de estos dos hermanos, por culpa de la ignorancia de un pueblo remoto de Honduras y por unos envidiosos gobernantes.
Los Canos fueron sepultados un poco lejos del pueblo, al otro lado del rio Ulúa.